PELÍCANO PERUANO
El Pelícano Peruano es natural de las corrientes de Hunboldt, en la costa del Pacífico de América del Sur. Su distribución comprende la costa e islas cercanas al continente en prácticamente todo Perú, continuando hacia el sur por la costa hasta el centro de Chile. Después de la anidación algunos se desplazan hacia el sur, extendiendo su distribución hasta las islas de Chiloe, chile. Se han visto algunos ejemplares, considerados extraviados, en Tierra del Fuego. En 1981 la población total se estimó en unos 800 mil pelícanos.
| ||
Normalmente se mantienen en las islas rocosas cerca del continente. Algunos individuos prefieren la costa continental mientras no están anidando. Muy común durante esta temporada en los embarcaderos y puertos dentro de su distribución. En tiempos de escasez son más numerosos en la costa; se han dado los casos, considerados raros, durante tiempos bien críticos que muchos de ellos se han trasladado a la propia Lima, Perú. Dentro de la ciudad se han visto obligados a buscar su sobrevivencia en los basureros, teniendo que recurrir a alimentarse de carroña.
| ||
El Pelícano Peruano anida en las islas próximas a la costa del continente. Junto con otras aves marinas, se aglomeran hasta cientos de miles de ellos para criar en inmensas colonias. En el proceso el excremento, o guano, se acumula en la superficie de estas islas ya que apenas llueve. En otros lugares donde llueve estas acumulaciones no suceden porque el agua de la lluvia arrastra con ella el excremento al mar. Pero en las islas de guano, como se les conocen a las que mencionamos aquí, sigue aumentando.
Se sabe que los habitantes de la costa del continente antes que llegaran los europeos al Nuevo Mundo, posiblemente culturas más antiguas que la de los Incas, ya empleaban el guano como abono. El alimento de estas aves marinas, las que anidan en las islas, se compone principalmente de peces. Lo cual, después de una buena digestión, pasa a ser un excelente abono. Lo cierto es que a los europeos les tomo un tiempo captar el potencial que el guano ofrecía. En el siglo XIX, cuando ya se le puso atención, se estima que en algunas islas la acumulación (posiblemente de milenios) alcanzaba los cien metros de altura.
Entonces las potencias mundiales comenzaron a recoger la riqueza natural que a simple vista no es más que puro excremento. Claro, Perú se benefició grandemente de lo que la naturaleza le regaló. Eventualmente, después de muchísimas toneladas haber sido cargadas en los barcos y trasladadas a las industrias, todo aquella acumulación fue convertida en abono. Pero el precio ecológico fue serio, ya que no se les puso atención a las aves, que aunque no ponen huevos de oro, lo que desechan sí vale casi tanto como el propio oro. Algunas colonias sufrieron grandes bajas.
Tal vez el impacto económico aun haya sido mayor. Porque fue mucha la riqueza mientras duró pero cuando se acabó, se acabó. Hoy en día, tenemos entendido, que la recogida del guano es limitada y se hace sistemáticamente cosa de no causar daños a las colonias de las aves que allí anidan. En Perú se pueden visitar las Islas Ballestas, las cuales forman partes de las islas de guano, por medio de lanchas que allí rentan. Aunque no se permite hacer tierra en ninguna de las islas, lo cual aplaudimos, es una experiencia que recomendamos; verdaderamente sorprendente la diversidad y cantidad de aves y leones marinos.
Se sabe que los habitantes de la costa del continente antes que llegaran los europeos al Nuevo Mundo, posiblemente culturas más antiguas que la de los Incas, ya empleaban el guano como abono. El alimento de estas aves marinas, las que anidan en las islas, se compone principalmente de peces. Lo cual, después de una buena digestión, pasa a ser un excelente abono. Lo cierto es que a los europeos les tomo un tiempo captar el potencial que el guano ofrecía. En el siglo XIX, cuando ya se le puso atención, se estima que en algunas islas la acumulación (posiblemente de milenios) alcanzaba los cien metros de altura.
Entonces las potencias mundiales comenzaron a recoger la riqueza natural que a simple vista no es más que puro excremento. Claro, Perú se benefició grandemente de lo que la naturaleza le regaló. Eventualmente, después de muchísimas toneladas haber sido cargadas en los barcos y trasladadas a las industrias, todo aquella acumulación fue convertida en abono. Pero el precio ecológico fue serio, ya que no se les puso atención a las aves, que aunque no ponen huevos de oro, lo que desechan sí vale casi tanto como el propio oro. Algunas colonias sufrieron grandes bajas.
Tal vez el impacto económico aun haya sido mayor. Porque fue mucha la riqueza mientras duró pero cuando se acabó, se acabó. Hoy en día, tenemos entendido, que la recogida del guano es limitada y se hace sistemáticamente cosa de no causar daños a las colonias de las aves que allí anidan. En Perú se pueden visitar las Islas Ballestas, las cuales forman partes de las islas de guano, por medio de lanchas que allí rentan. Aunque no se permite hacer tierra en ninguna de las islas, lo cual aplaudimos, es una experiencia que recomendamos; verdaderamente sorprendente la diversidad y cantidad de aves y leones marinos.
La alimentación de este pelícano se basa de peces, principalmente las anchovetas que abundan en las aguas frías donde este pelícano habita. Pesca lanzándose de cabeza al agua.
|
Amenazas:
El peor enemigo natural de estas aves son las fluctuaciones en la temperatura del mar causadas por El Niño y La Niña. Estas oscilaciones causan que las anchovetas cambien su curso en busca del plancton que es su alimentación; naden a mayores profundidades o más lejos de la costa. Los pelícanos, al igual que otras aves y mamíferos marinos, no pueden ir tan profundo o tan lejos. Las consecuencias pueden ser dramáticas, muriendo gran cantidad de aves y mamíferos.
La marea roja es otra amenaza que puede llegar a niveles catastróficos ya que mata a las anchovetas. |